Puede producirse la transmisión cuando el VIH de una persona se introduce en el torrente sanguíneo de otra. Para que eso pase, deben darse las siguientes circunstancias:

1. Presencia de un fluido transmisor. Los únicos fluidos corporales con estas características son (de mayor a menor capacidad transmisora del VIH):
• Sangre
• Semen
• Flujo vaginal
• Leche materna

* Hay otros líquidos corporales que pueden tener VIH, pero NUNCA con una concentración suficiente como para considerarse líquidos transmisores. Son, por tanto, FLUIDOS NO TRANSMISORES: la saliva, el sudor, las lágrimas, los mocos, la orina y los excrementos.

El líquido pre-seminal (pequeña cantidad de líquido que aparece siempre antes de la eyaculación del pene) es un fluido del cual no existen suficientes pruebas científicas que permitan incluirlo o excluirlo definitivamente de la lista de líquidos transmisores. De todas maneras, en el caso de tener capacidad transmisora, esta sería extremadamente reducida.

2. Presencia de una puerta de entrada en el torrente sanguíneo por la cual se pueda introducir alguno de los FLUIDOS TRANSMISORES del VIH. Estas puertas de entrada son:

• Heridas abiertas
• Mucosas. Las mucosas son partes del cuerpo que no tienen la piel como elemento protector. Pueden tener heridas o erosiones microscópicas que son indoloras e invisibles, y que pueden dar acceso al VIH hasta el torrente sanguíneo. Las mucosas que actúan como puertas de entrada son (de mayor a menor vulnerabilidad):
  • recto
  • vagina y vulva
  • glande o punta del pene
  • interior de la boca (mucho más resistente que el resto)

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