¿Pensamos que las personas con diversidad funcional no tienen sexo?

Las personas con diversidad funcional viven sus sexualidades como todo el mundo: de una manera única y compleja. Cada persona vive su sexualidad de una manera diferente tenga o no diversidad funcional.

En muchas ocasiones a las personas con diversidad funcional se les infantiliza entendiendo que el mundo de la sexualidad no les corresponde además se piensa erróneamente que tienen otras prioridades vitales relacionadas con su “dificultad” de estar en el mundo y que el sexo no es relevante en su vida como lo sería en la de cualquier otra persona.

Por otro lado, si se piensa en el sexo de un modo muy coitocéntrico se podría llegar a la conclusión que algunas personas con diversidad funcional que no tienen sensibilidad genital no tendrían interés en el sexo. Esto no es cierto, ya sabemos que la sexualidad tiene que ver con el placer y el placer no está limitado a los genitales, sino que tiene que ver con todo nuestro cuerpo y nuestros sentidos.   

Además, no debemos pensar que todas las personas con diversidad motora que van en silla de ruedas por ejemplo no tienen sensibilidad genital porque cada persona tiene una sensibilidad específica según su corporalidad.

Hemos de romper con esos prejuicios entendiendo que la sexualidad es algo que nos atraviesa a lo largo de toda nuestra vida y a todas las personas.

Así que, si nos gusta una persona con diversidad funcional y vamos a tener sexo con ella, ¿Qué haremos?

Pues lo mismo que con cualquier otra persona preguntarle por sus gustos y deseos, qué le apetece hacer de qué manera. Es decir, tener una buena comunicación que es la clave para tener buen sexo.

Aquí os dejamos referentes de personas con diversidad funcional que hablan en primera persona de cuáles son sus experiencias de vida y que rompen con estereotipos y prejuicios sobre sus vidas y su sexualidad.